Iglesia de la Villa de Arico (siglos XVII-XVIII), de líneas renacentistas, es un claro ejemplo del buen hacer de los canteros labrantes de este municipio.
En la arquitectura tradicional de Canarias, especialmente en las zonas rurales, los constructores siempre han recurrido a los materiales más cercanos y abundantes en su entorno. Entre todos ellos, la piedra natural ha sido el recurso más representativo, utilizado tanto en viviendas humildes como en edificaciones monumentales.
Un claro ejemplo lo encontramos en la cantería de la Iglesia de la Villa de Arico, cuya piedra fue extraída en el Barranco de Los Abejorros, muy próximo al núcleo del pueblo. Este aprovechamiento local refleja la fuerte conexión entre la comunidad y su territorio, donde la piedra no solo cumplía una función práctica, sino también cultural y simbólica.
Dentro de los diferentes materiales volcánicos de Tenerife, la piedra chasnera (ignimbrita) es la que más destaca en Arico. Su uso constante en fachadas, muros, portadas y elementos decorativos ha marcado el carácter de la arquitectura del municipio, convirtiéndose en una verdadera seña de identidad del patrimonio arquitectónico canario.